La App Store es una tienda de aplicaciones que funciona sobre código HTML por lo que Apple puede realizar todos los cambios que crea oportunos sin necesidad de lanzar actualizaciones de software que afecten al sistema operativo. Esto sin duda es una ventaja para el usuario final.
El pasado mes de julio, un empleado de seguridad en Google descubrió un
bug de seguridad en la App Store que podía ser explotado a través de redes Wi-Fi públicas, el sitio más inseguro que podemos utilizar para entrar en webs que requieran de nuestra contraseña o el peor lugar para mandar mensajes con contenido sensible.
A través del bug, un usuario con malas intenciones
podía robarnos la contraseña mediante el método de la falsa actualización de aplicaciones, obligando así a que el usuario introduzca su código para actualizar la app cuando en realidad es mentira.
El exploit también podía hacer que el hacker
instalase una aplicación de su gusto en lugar de la que el usuario realmente quería instalar. Eso también implica que si el usuario quería instalar una aplicación gratuita, el hacker podía sustituirla por una de pago.
Por último, el fallo de seguridad también se podía utilizar para
evitar la instalación de una aplicación determinada haciéndola desaparecer de la App Store o haciendo creer al usuario que ya la tiene instalada en su dispositivo.
Todos estos fallos ya están solucionados, de todas formas, cuidado con las redes Wi-Fi públicas. Son el peor sitio para introducir nuestras contraseñas y a no ser que sea estrictamente necesario, yo las evitaría en la medida de lo posible para ese tipo de cosas. Aún así, muy mal para Apple que ha tardado tanto tiempo en solucionar un error de seguridad tan grave como este.
