Siempre se suele decir eso de “cómo pasa el tiempo”. Pues sí, ni más ni menos que
seis años han pasado ya desde que Steve Jobs presentase el primer iPhone, ese teléfono por el que nadie apostaba nada y que se lanzó sin su principal baza ahora mismo: la App Store.
En esos seis años, hemos recibido un total de
seis modelos de iPhone, todos rodeados de polémicas pero que han terminado siendo un éxito a nivel comercial. Bien es cierto que la ventaja frente a la competencia que existía hace unos años, ahora es totalmente inexistente o incluso me atrevo a decir que Apple se está quedando atrás en numerosos aspectos (software principalmente), sin embargo,
la esencia inicial del iPhone sigue presente y no ha cambiado ni un ápice.
El primer modelo de iPhone, a pesar de sus limitaciones,
cambió el mundo de la telefonía le pese a quien le pese. Los teléfonos que había en el mercado en ese momento poco o nada tenían que ver con el teléfono de Apple y si bien había prototipos de otras compañías que se parecían al iPhone, ninguna empresa fue lo suficientemente valiente como para lanzar al mercado una propuesta similar.
Lo más llamativo del iPhone en su momento fue la pantalla.
Esas 3,5 pulgadas capacitivas, sin necesidad de usar stylus y con capacidades multitáctiles encantaron a todo el mundo que las probaba. Precisamente hoy, la evolución en la tecnología y los mercados han obligado a Apple a subir el tamaño del display hasta las cuatro pulgadas en el caso del iPhone 5 y el iPod Touch de quinta generación.
El resto del hardware también ha ido mejorando en cada generación. Año tras año hemos tenido mejoras en procesador, GPU, cámara, memoria RAM,… vamos, lo que siempre ocurre en el mundo de la tecnología. También se han ido añadiendo funcionalidades nuevas con el paso de los años. La llegada de la conectividad 3G y ahora LTE, la incorporación del giroscopio, la brújula, el nuevo conector Lightning,…
Siempre ha existido una evolución palpable entre un modelo y otro de iPhone aunque dado que los diseños han sido conservadores entre generaciones, el salto siempre ha parecido pequeño cuando no ha sido así.
Lo que más pena me da en estos seis años, es
el afán persecutorio que Apple tiene con el Jailbreak. Es comprensible que quieran proteger su plataforma pero creo que iOS y Jailbreak pueden convivir perfectamente y conseguir un beneficio mutuo. Precisamente el jailbreak fue el que me hizo adquirir el primer iPod Touch por el año 2007. Era impresionante lo que ese dispositivo tan fino era capaz de hacer. Tened en cuenta que en esa época
no existía la App Store y para Apple, el iPod Touch servía para poco más que escuchar música y navegar por Internet.Menos mal que el jailbreak siempre ha estado ahí para
sacar el verdadero potencial que ofrecen estos dispositivos aunque Apple, parece no estar dispuesta a dejarnos disfrutar más de sus ventajas ya que cada vez lo pone más difícil. Antes los exploits llegaban en minutos tras una actualización, ahora tardan meses.
Este año vuelve a ser el año del iPhone pero no por su hardware, sino por su software. Apple tiene que demostrar que sigue ahí, que es la misma empresa que en su día revolucionó el mercado de la telefonía móvil. iOS necesita la incorporación de determinadas funciones con urgencia y la solución de problemas que ya todos conocemos.
A pesar de sus carencias, hay que reconocer que
el iPhone sigue siendo un teléfono superventas, la App Store es la tienda de aplicaciones más rentable que hay en la actualidad y el ecosistema de accesorios que existe para dispositivos iOS no lo tiene ninguna otra marca.
Veremos qué sorpresas nos depara Apple para este 2013 que acaba de comenzar y en el cual quizás veamos un
iPhone 5S y un iOS 7 con características que vuelvan a sorprender.