La
Fair Labor Association (FLA), la asociación a la que Apple encargó investigar las condiciones de trabajo en sus fábricas de China tras las denuncias sobre las condiciones laborales, ha constatado los abusos denunciados sobre el exceso de número de horas y malas condiciones laborales. Apple --cuyo máximo ejecutivo, Tim Cook, está de visita en China-- ya ha anunciado que obligará a Foxconn a poner en práctica las recomendaciones antes de junio del 2013.
La
investigación, realizada el pasado feberro, a unos 35.000 trabajadores de tres fábricas del
Grupo Foxconn, que provee a Apple pero también a otras firmas de electrónica, concluye que las faltas incumplen incluso la legislación laboral china. Estas incluyen exceso de horas de trabajo, falta de descansos preceptivos y pocas condiciones de higiene en el trabajo ante materiales como polvo de aluminio, con salidas de emergencia bloqueadas y ausencia de material de protección.
El informe se realizó tras las denuncias de
The New York Times sobre las
condiciones laborales de Apple en China, en plena precampaña electoral estadounidense, que recordaban incluso los numerosos suicidios en las plantas de producción. Apple fabrica casi todos sus productos --y en especial los cada vez más exitosos iPhone y iPad-- en China.
La FLA denuncia que
Foxconn superaba en la cadena de montaje el
límite legal de 36 horas extras como norma, lo que supone que "en periodos de puntas de trabajo muchos obreros trabajan siete días a la semana sin el descanso de 24 horas que les correspondía". Además, la empresa no pagaba las horas extras completas sino solo abonaba 30 minutos de los 58 que hacía el obrero, según denuncian. Tampoco les pagaban las reuniones fuera de su horario laboral, una práctica habitual.
Más horas de las autorizadas La ONG reclama que "se reduzcan las horas extras de las 80 actuales a las 36 autorizadas" por China, "lo que sería una mejora sustancial dado que la mayoría del sector tecnológico suele exceder el límite de horas". La medida supondrá "la contratación de decenas de miles de trabajadores a medida que se reduzcan las horas por empleado".
El informe también revela que en una de las fábricas de
Foxconn, la de Chengdu, hubo una explosión el año pasado a consecuencia del polvo de aluminio tras la que la dirección tuvo que cambiar las prácticas. Y afirma que la mayoría de los obreros ni conocen sus derechos laborales ni a sus representantes, ni tienen confianza en que sus cargos directivos implanten medidas que les ayuden. Tampoco les beneficia el que no puedan reclamar sobre sus subsidios si cambian de zona o de empresa, o si provienen de otras zonas del país.
La media de edad de los entrevistados es de 23 años, la mayoría varones y en un 99% inmigrantes desde otras regiones de China, por lo que no tienen acceso a los subsidios. Muchos de ellos trabajaban en periodos de verano, cuando las fábricas tienen picos de producción, como trabajo eventual.