Hace unos días
saltaba la noticia de que Office para iOS
se ha retrasado hasta 2014. Una mala noticia para los usuarios y una peor para Microsoft. Si office acaba llegando tan tarde a los usuarios de iOS
habrá perdido la oportunidad de que se acabe convirtiendo también en el estándar ofimático móvil.
En el desarrollo de software, y de cara a desarrollar un producto nuevo hay una máxima:
ser el primero. Si no eres el primero, al menos deber de
ser el mejor; pero cuando el mejor llega muy tarde, y la mayoría de los usuarios han integrado otras alternativas en su flujo de trabajo, cuesta mucho hacer que el común de los usuarios se cambien a tu plataforma.
En escritorio,
Microsoft Office es sin duda alguna el rey. La calidad de su software y su sin número de características y opciones le han otorgado el primer puesto entre las preferencias de los usuarios en cuanto a software ofimático. Es más, está tan integrado en núcleo de los consumidores que más que un conjunto de aplicaciones se ha convertido en un
estándar de facto: la mayoría de las empresas e instituciones académicas usan Office, y por ende también los usuarios.
Pero el entorno móvil es totalmente distinto. Microsoft ha tardado mucho en llegar, no ha sido sino con la salida al mercado de su sistema operativo móvil, Windows Phone y con sus tabletas Surface y Windows 8 y RT cuando han tenido lista una versión competente de Office. Pero en este caso,
su uso se limita a sus dispositivos, es decir, tiene la exclusividad ligada a aquellos dispositivos que usen Windows.
Esto ha tenido una consecuencia directa, los usuarios han tenido que
buscarse alternativas. Y vista la cuota de mercado de dispositivos iOS, y el uso en pos de la productividad que hacen muchos usuarios de ellos,
es un pastel demasiado grande que Microsoft ha dejado caducar. 2014 es tarde, tan tarde que ni siquiera aun presentando una alternativa increíblemente buena, llegaría a enamorar a muchos usuarios.
Si Office para iOS realmente llega tan tarde, Microsoft deberá jugar muy bien sus cartas para convencer a sus usuarios de que se muevan a su plataforma, y ofrecer características que el resto de los competidores, que son unos cuantos, no tengan en sus aplicaciones.
Apple tiene
iWork, una alternativa totalmente competente capaz de manejar archivos de Office y con el respaldo de la nube e iCloud.
Google tiene Drive, que funciona de forma fenomenal a través del navegador y funciona en cualquier dispositivo independientemente de su sistema operativo siempre que tengan una conexion a internet, y esto sin contar las
innumerables alternativas de otros desarrolladores disponibles la App Store.Además llegaría en un momento en el que el mercado de aplicaciones móviles ofimáticas está más que copado de
alternativas completamente competentes y totalmente compatibles con los archivos de office. Y no solo eso. La falta de presencia en el mercado de Office ha generado que muchos de los usuarios hayan buscado alternativas y hayan adaptado las mismas a su flujo de trabajo, con lo cual va a ser muy difícil, en mi opinión, que la salida de Office represente una amenaza seria para las alternativas en iOS.
Pero no está todo perdido, si Microsoft presenta una alternativa competente, con un precio ajustado y con compatibilidad y sincronización con sus versiones de escritorio,
aún puede ganarse a los usuarios, pero siempre y cuando Office para iOS sea tan realmente buena como para merecer tantos años de desarrollo y tantas oportunidades perdidas.
En cualquier otro caso, será tarde. Tan tarde que esta vez Office no acabará siendo un estándar de facto entre los usuarios móviles.