El eterno debate que siempre se asocia a los contenidos digitales descargados de manera legal. ¿Soy el dueño de ese contenido? ¿Me pertenecen las canciones por las que he pagado y, por lo tanto, puedo hacer con ellas lo que quiera, como volver a vendérselas a otras personas?
Pues según un juez de EE.UU,
no tienes derecho a vender las canciones que te hayas descargado a través de la iTunes Store, ya que estarías violando los derechos de la propiedad intelectual de las discográficas.Vamos, que has pagado por escucharlas nada más. Volvemos a la criminalización del usuario y a un motivo más para acceder a esas descargas por vías alternativas, donde encima no existen restricciones.
Si tienes un CD o un DVD, puedes volver a venderlo a terceras personas sin ningún problema o restricción. El mercado de segunda mano,
eBay y el cuestionado mercado de los videojuegos donde las cadenas practican la usura con el cliente de manera vergonzosa (un tema del que me encantaría hablar largo y tendido) se beneficia de esto y nos permite sacarnos algún dinero extra vendiendo ese material que ya no escuchamos.
En EE.UU, donde se ha producido la sentencia que comentamos,
Netflix es lo que es gracias a este mercado de segunda mano, precisamente.Pues bien, si extrapolamos este concepto al mundo de las descargas digitales, resulta que ya no se puede hacer lo mismo. No puedes vender ese álbum que te descargaste en su momento y ya no escuchas, pero ahí está, ocupando espacio.
Has pagado por él, sí, pero no es tuyo.
Así lo ha decidido un tribunal federal estadounidense en
el caso que enfrentaba a la discográfica Universal Records contra ReDigi, una empresa que permitía que los usuario pudieran revender las canciones que hubieran comprado en
iTunes.El juez ha fallado a favor del demandante y ha sentenciado que
volver a vender las canciones descargadas en iTunes supone una violación de copyright a menos que los propietarios del contenido (no el usuario, si no las discográficas) concedan permiso de manera explícita.
De nada han servido los argumentos de
ReDigi, que equiparaban las descargas digitales al soporte físico, donde la reventa sí está permitida.
En fin, que vuelve a resultar más práctico para el usuario buscar soluciones alternativas para hacerte con el disco que te guste, aunque quisieras hacerlo de manera adecuada.
¿Por qué ponen las cosas más difíciles al usuario que opta por la manera legal de comprar música?